domingo, febrero 03, 2008

¿será tener un hijo tan molón como tener un coche? son las 5 y cuarto de la mañana, cuando suena el teléfono. estoy despierta.

- hola, julieta.
- hola, ¿estabas despierta?
- sí.
- ¿estás de marcha?
- no.
- ¿estás follando?
- no.
- ¿qué estás haciendo a estas horas?
- nada, pienso.
- ¿dónde estás?
- en londres, ¿y tú?
- en barcelona, ¿no has hablado con nadie? estabas desconectada antes, ¿no has visto las llamadas?
- sí, las he visto. es muy tarde, ju, ¿qué quieres?
- no sabes nada ¿verdad, dani?
- no.
- micaela está embarazada.
- no jodas.
- te lo prometo.
- ¿y de quién?
- ¿cómo que de quién? de su marido, claro.
- claro.
- ¿qué has querido decir?
- nada. ¿qué haces tú allí?
- he venido a estar con ella unos días. podrías venir...danita...
- vale, cogeré un avión mañana.
- ¿en serio?
- sí, ju, mañana nos vemos. un beso
- un beso.

me llevo el portatil que me ha regalado ewan a la cama y busco un vuelo para barcelona a primera hora.

todo saldrá bien (barcelona, noviembre 2007)

me abre la puerta julieta con un camisón blanco que le está grande. se cuelga de mi cuello y me da cientosetentaysiete microbesos en la mejilla izquierda. susurra: qué alegría... y después grita a todo pulmón el nombre de mi otra hermana. se acuclilla, enciende un cigarrillo y me mira desde abajo sonriendo, como si no acabase de reventarme el tímpano. micaela se acerca a nosotras desde el fondo del pasillo, está acostumbrada a que todo el mundo la mire andar, espera que lo hagamos, sin hablar, contemplándola. busco signos de embarazo entre las curvas de mi hermana, pero sólo advierto que sige teniendo ese enorme culo napolitano que asoma por el lateral a cada golpe de cadera. me sonrío, ella sabe que lo hago. la que nos faltaba, dice sin besarme. miro a julieta, que levanta las cejas. ¿no vas a decirme nada, dani?

entonces, se produce el fenómeno. micaela se me queda mirando y su cara empieza a cambiar de un modo casi imperceptible, abandona su dureza sin que puedas saber cómo, y un brillo sútilmente dramático aparece en sus ojos. es increíblemente puta esta tía, una lágrima está al borde de caer al parquet. micaela abre los brazos y suelta: vas a ser tía. la abrazo por esta interpretación sublime de chantajismo a la máxima potencia. detesto y quiero a mi hermana en una línea tan estrecha que nunca logro saber cuál de las dos emociones es la que me domina.

julieta propone hacer café. a julieta le encantaría que, sentadas en la cocina del piso de micaela, todas pudiésemos ser algo así como hermanas. le gusta pensar que la gente es sincera por naturaleza, que la gente se quiere, que nos deseamos lo mejor los unos a los otros. micaela hace un gesto de asco cuando julieta deja que el humo de su cigarrillo casi acabado se le prenda en la ropa al pasar.

- ¿de quién es?
- ¿de quién es quién?
- ¿de quién es tu bebé?
- ¿de qué hablas?
- mica, llevas casada 11 años con ese panoli, hace unos meses vuelas a roma para decirme que te estás follando la polla enorme de un cocinero y ahora resulta que estás embarazada... sólo pregunto que si sabes de quién es el bebé.
- ¡qué hija de puta eres!
- ...
- deja de sonreír así, dani.
- sólo digo que no eres trigo limpio, sólo eso.
- no sé de quién es, ¿vale?
- estamos.

de repente, siento un ternura inexplicable por lo que sea que lleva mi hermana dentro. quisiera protegerlo del mundo, especialmente de su madre, y sé que no podré hacerlo. estará expuesto, como lo estamos todos, a las expectativas de los demás. deseo con toda mi alma que no nazca, que no venga, que no tenga que ver a micaela cada día.

y luego, deseo con toda mi sangre que nazca, deseo decirle: todo saldrá bien.