sábado, octubre 06, 2007

"no me des consejos de ese tipo - dijo jeff -. ya le he dicho que repito todo lo que me piden que guarde para mí"
(que se mueran los feos, boris vian)

me tuvieron encerrada en casa de ese loco de bruno skutta más de dos meses. estudié mucho, trabajé mucho, corrí mucho en la cinta, sudé mucho en la sauna, metí la cabeza muchas veces en la piscina con la esperanza de que mi falta de ganas de vivir fuese más fuerte que mi miedo a no respirar. el miedo siempre gana, porque siempre hace trampas.

la idea era desarrollar un código. hasta aquí puedo contar. ya dije demasiado, lo que me recuerda una cosa. cojo un libro que leí, apunto una frase que puede que no vuelva a leer.

tengo que decir que no me gusta demasiado la práctica matemática. mi tesis trataba sobre fractales, pero nunca la terminé. me cansé de estar sentada y de que nada cambiara. me cansé de mi cara lavada y del camino a la universidad. la vida estaba en cualquier otra parte.

luego busqué los fractales fuera de los libros. en los planos, en las arrugas de tu cara, en las losas de las aceras, en las personas. y, entonces, ocurre que cuando encuentro una persona fractal me desarmo, se me desabrochan solos los botones de la blusa y caigo arrodillada. una vez de mil pasa que encuentras una persona fractal. esto significa que todo en ellos los define, todo es significativo y esencial. en un fractal la parte es igual al todo, los fractales son infinitamente idénticos hacia arriba y hacia abajo. por eso, cuando una persona fractal te hace un regalo, se está regalando a sí misma, y cuando te niega un cigarrillo es que ya se está yendo. por eso es que me quedo mirando hasta que me queman los ojos, buscando una fisura en lo que llamamos autosemejanza. pero la autosemejanza no tiene fisuras.

lo que quiero decir es que durante el verano estuve trabajando en un código. cifrado de información, alto secreto, mierdas de espionaje. el método, la codificación y la decodifcación de mensajes, lo que hemos llamado la clave bárbara, no es sólo mío. bruno tenía toda la estructura mucho antes de que yo llegara. luego, trabajamos juntos un tiempo. en la última etapa me quedé sola. sólo yo en este mundo tengo la clave que hemos llamado bárbara. me siento como esos personajes de las películas de los que depende el destino de la humanidad. pienso que habrá algún tarado diciendo: su vida es más importante que tu vida, que la mía, hay que darlo todo por esa notitas rubia con su clave bárbara. y mierda, me siento como si fuese por ahí preñada del jodido dios.