miércoles, febrero 14, 2007

denti (roma), 9 de Febrero 2007

il signore messi lee con los dientes fuera, con su boca enferma de cara al público. encerrado en sus dos metros cuadrados, arropado por varias capas de mantas y con un calefactor de aire caliente dándole de frente, las gafas le resbalan nariz abajo a causa del sudor. debe hacer cien grados en la portería. le digo : ¿no tiene calor, señor messi? me dice : ¿calor, daniela? hace un frío que pela aquí dentro, pero tú eres demasiado joven para sentir el frío. nunca se es demasiado joven. aquí dentro es en su cabeza. debe hacer mil grados en la portería. il signore messi me alquila un apartamento cerca del trastevere por dos duros. es un santo, y un tarado.
ci vediamo.
ci vediamo, daniela.

de camino a la tienda recuerdo que he soñado con accidentes. conduzco por una carretera que conozco bien, parece castilla. la mancha. me aburro y me aburro más hasta que ocurre : de la nada un accidente, con su coche volcado, su ambulancia y sus policias sonando. entonces, me pongo a llorar como una gilipollas porque siempre que voy por esa carretera, y debo hacerlo mucho por la forma en que lloro, veo un accidente. me acuerdo de esa peli de lynch en que una tía llora porque siempre está matando ciervos con el coche. no sabes si llora por los ciervos muertos o por la putada que es ir por ahí atropellando. como si pisaras una mierda todos los días, que al final te acaba jodiendo de verdad. en mi sueño, tampoco está claro porque me pongo tan mal.

a la cajera le falta un diente, al lado del colmillo derecho. un diente suicida, que se fue antes de tiempo. de pequeña quería ser cajera de supermercado, miraba alucinada los dedos tecleando y me colgaba con el sonido de la caja al abrirse. no quería ser astronauta pero sí científica, y llevar gafas y teclear la caja registradora. también quería ser detective privado o espía internacional. ¿ya está? ¿ya lo he logrado? ¿esto era todo?

tengo resaca. escucho el we're no here de mogwai toda la tarde. no puedo escuchar otra canción, no quiero. fumo y escucho la puta canción hasta que se me mete en las venas, y la canción es mi sangre. me gusta obsesionarme así, enfermarme, esclavizarme voluntariamente. lo hago a caso hecho y no puedo evitarlo, todo al mismo tiempo. me gusta ser esclava de lo que me gusta. hoy quiero ser tu esclava, dicaprio.

suena el teléfono. y es micaela.

miércoles, febrero 07, 2007

'es lo bueno que tiene este mundo : aquí todos tienen su sitio, incluso los que no quieren ninguno. está todo tan ordenado y pensado y manipulado que es imposible no serles útil'
(a bordo del naufragio, alberto olmos)