miércoles, junio 14, 2006

hay veces en que una situación te pilla de una manera especial, te sientes tan extraño en ella que, de alguna forma, te conviertes en espectador más que en protagonista. es como cuando en un sueño eres tú pero a la vez eres dios y puedes ver lo que está pasando a tu alrededor, la escena al completo; entonces sientes como tú pero ves como otro, y es cantidad de raro.

eso es lo que pasó cuando terminamos de leer la nota de toto, el jodido viernes por la noche, podía ver la escena. josh, sentado en una esquina, con la cabeza entre en las manos se balanceaba ligeramente hacia adelante y hacia atrás. uli, plantado en la mitad del salón, examinaba su alrededor intentando encontrar respuestas en alguna esquina de aquel salón. el angel normando, transformado en el angel exterminador, me miraba fijamente con la nota en su mano derecha. yo, tirada en el sillón, tarareaba una canción absurda, taconeaba en el parquet con mis converse y, al mismo tiempo, podía verlo todo. taca taca taca tac

el silencio era el rey de la escena hasta que la incombustible lengua de uli se soltó, oportuna como nunca, para constatar que me había quedado en casa de josh en lugar de en su casa y que él pensaba que nos estábamos quedando en un hotel y que seguramente le había mentido más veces porque él juraría que yo le había dicho que nos quedábamos en un hotel.

- eso es una idea brillante, uli, hablemos de qué hacía yo durmiendo en la casa de alguien que, a las claras, no eres tú, juguemos a quién tiene el reproche más estúpido de la noche, repartámonos mierda como locos los unos a los otros porque así tal vez, y sólo tal vez, olvide que un gilipollas de metro y medio, belga y drogadicto me ha birlado un cojonudo mercedes de 50000 euros.

- pequeña, tranquilízate. ¿por que no pillamos a lula y buscamos a este notas por la ciudad?- el angel extermidador me habla en susurros pero tiene toda la mala hostia de alemania corriéndole por las venas de los ojos.

- no serviría de nada - suelta josh sin levantar la mirada del suelo.

- ¿cómo es eso, josh? ¿cómo sabes tú que no encontraremos mi coche en la ciudad? ilumínanos, te lo suplico. ¿quién es el bueno de toto?

- trae semillas, cristal y otras mierdas de amsterdam....

- sigue, por favor, estoy empezando a relajarme. ¿me habría gustado saberlo antes? sí, supongo que sí pero no creas que no estoy disfrutando con tu historia ahora..

- dani, no te ralles, tía. toto es un tío legal, a mí no se me habría ocurrido nunca que iba a hacer algo así...

- sí, eso dice él, que es un tío legal, pero ¿sabes qué, josh? si ese imbécil fuese legal habría cogido el puto móvil y me habría pedido un favor. en cambio, josh, lo que ha hecho el "legal" de tu amigo toto ha sido robarme el coche y dejar una puta nota, poco tranquilizadora,por cierto.

- no me parece que tus ironías vayan ayudar mucho a mejorar las cosas...

- que yo sepa tampoco pueden joderlas más y, además, ¿qué quieres que te diga, josh? a mí me parece que la presencia de mi ironía queda de puta madre en esta velada en la que reinan la ausencia de expliclaciones y, aún mejor, la jodida ausencia de mi coch...

en ese momento se oyeron pasos en las escaleras y todos dejamos de respirar. quien estuviese fuera andaba muy despacio y, claramente, estaba subiendo. no pude con la intriga y me lancé a abrir la puerta. la señora skutta, arrugada y sonriente, jadeaba apollada en la baranda. tuve muchas, muchas ganas de echarme a llorar en sus brazos. mierda, mierda, mierda.

- vale, voy a llamar a la policía, a la interpool y a todo cristo. estoy..

no he terminado de hablar cuando josh y uli, a coro, gritan que no, que no lo haga, que no llame a la pasma. vale, en uli es normal. a uli le gusta ese rollo de sentirse del bronx. fijo que en su vida no se ha metido en un lío pero le pone sentirse un marginal. es un fingidor. debería presentarle a micaela. juntos podrían protagonizar un capítulo conjunto en la serie de sus vidas: micaela, la siciliana y uli, el delincuente, fingen de nuevo. pero lo de josh no me cuadra. josh es cuadriculado, un perfecto alemán, buen estudiante, buen tío, temeroso de dios y toda esa hostia. vale, tenía un camello pasando unos días en su casa pero cuando resulta que el camello me ha birlado el coche no entiendo de que va el rollo de no llamar a la pasma. el tío debe notar que estoy flipando con su actitud y se levanta despacio de la silla. lleva el peso del mundo sobre los hombros y se arrastra hacia el pasillo. cuando abre la puerta de lo que era la habitación de malena, los otros tres estamos a su altura y contemplamos el espectáculo.

- ¿eso son monguis? - jerome había saltado dentro y miraba dentro de las cientos de bolsas que se acumulaban en el escritorio.

- algo parecido. mira aquí, dani.

me acerqué a la estantería que josh me indicaba, la botica del doctor drogas. farlopa, cristal, tripis, anfetas, ritalín, soma,.., clasificado y empaquetado, pesado, envasado y listo para vender. no había demasiado de nada pero, joder, había de casi todo. no era un alijo de los que ves en la tele y flipas, pero había bastante para colocar a medio barrio.