miércoles, junio 14, 2006

al parecer mis poderes mentales estaban en estado de letargo debido a mis excesos con las drogas del fin de semana. uli seguía sin llamar el lunes por la mañana, a pesar de haberme pasado todo el domingo con la mirada fija en la pantalla del movil. me estaba poniendo de lo más encabronada, no había hecho ningún plan para estar tantos días en madrid.

antes del mediodía tomé una decisión: llamaría a uli, le propondría un aumento de porcentaje y le suplicaría que me encontrara un coche. era una bajada de pantalones de lo más cantosa pero cuando me aburro, no pienso bien. marco el número y me coge uli bastante divertido. está borracho, el muy capullo, a la 1 de la tarde.

- dani, preciosa, ¿cómo lo llevas? ¿cuando vienes?
- bueno, uli,iré a visitarte y llevarte un poco de jamón en cuantito me encuentres uno de los coches que te pedí. porque recuerdas que te envié una lista, ¿si?
- ¡hoooooooooostias!
- ¿hoooooooooostias qué, pequeño ulrich?
- ¿no te llamé? ¿no te llamé el viernes? ¿no te llamé con lo del coche?

yo mato a este tío, lo mato. te mato, uli, eres un imbécil como la copa de un pino. te va a subir el porcentaje la zorra de tu madre. vale, vale, respira, intenta no sonar como una psicópata.

- no cariño, no llamaste. ¿tienes algo para mi?
- si, claro, tía, lo siento muchísimo. te cuento, te cuento.
- vaaaaaaale, salte fuera del bar (espero te atropelle un camión, meapilas alemán) para que pueda entender bien lo que tengas que decirme y me cuentas ¿si?

vale, el meapilas me cuenta que tiene un mercedes E320 visto, que es una preciosidad, que el que vende tiene prisa, que es un chollo y que es mío si lo quiero. claro que lo quiero, no me gustan los mercedes, son coches de viejos pero, no me jodas, es un flipe conducirlos.

llamo a charli para contarle el negocio y me dice que me pase por el local a las 7. también me dice: búscate un vuelo ya, y quémate el culo llegando a alemania.

llamo a jerome y le cuento la historia. el miércoles llego a parís por la mañana. claire la ninfo viene a recogerme al aeropuerto. el jueves o el viernes, ya veremos, llegamos a colonia.

tengo un ataque de euforia que la flipo. es lunes al mediodia y llevo un subidón de los grandes así es que cuando llega ju al piso la engancho por el brazo y nos piramos a comer a la calle.

estuvimos de papeo en la musa. nos pusimos finas de vino y estuvimos riendonos de micaela a lo bestia. las mejores historias con micaela pasan cuando va mi madre, que es española, no habla italiano y, claro, no sirve como familiar siciliano. es que un asco de tía, en serio. al principio obligaba a mi madre a mantener la boca cerrada. mi madre se acercaba a mí y me decía al oido: pásame el pan, dani, tu hermana es cada día más idiota ,y yo más, por seguirle el cuento, ¿tu te crees? al cabo del tiempo, cuando se dió cuenta de que la iban a dejar sin herencia por ser tan cabrona, le propuso que se hiciera pasar por una amiga española de la familia y, entonces, los demás teníamos que hablar español con acento italiano. ju tampoco la traga pero le seguimos el rollo todos. tiene una especie de encanto, cuando está delante, que no te permite mandarla a comer mierda a la cara. a sus espaldas, sí, que te jodan micaela, brindamos por tí.

julieta, el nombre maldito II

cuando mi madre se enteró de que estaba preñada de nuevo de una niña, decidió que, esta vez, el nombre lo elegía ella. con algún psicodélico proceso mental se había convencido de que los niños del colegio se reían de micaela y de mí por nuestros nombres italianos y no estaba dispuesta a que su tercera hija sufriera las burlas de nadie. y, ¿qué hace mi madre desde su furia de protección? ¿llama ana, eva o lucia a su pequeña? no, se toma un tripi y le pone julieta. ju habría preferido llamarse salmonela antes que julieta, lo que fuera antes que julieta, pero no tuvo suerte.

julieta se pronuncia julieta tal como mi madre habría querido. sin embargo, mi padre siempre pronunció giulietta, yo siempre la llamé ju , y micaela, giu. todos los niños del colegio se reían de ella y de cualquiera de sus nombres. sólo cuando julieta encontró a momo, le encontró el punto a llamarse como se llamaba. así las cosas.

cuando volvemos a casa de la comida encontramos que alguien ha dejado algo debajo de la puerta. es una foto de un tío que te cagas de guapo sacando la cabeza de entre unas sábanas. por detrás dice: muérete de envidia, dani m.