miércoles, junio 14, 2006

anoche no salí. estuve en casa de pablo viendo roma de fellini, el tío es un friki que la flipas (fellini, no pablo), pero si te fumas tres canutos y ves una de sus pelis conectas con su rollo. pablo estudia italiano así es que la vimos en versión original. hoy todo va de spaghetti.

playa de maronti, dos de agosto de 1985

mi abuelo antonio vive en la playa de maronti desde hace 6 años, encima de su restaurante aglio olio e pomodoro. prepara la pasta al fruti di mare mejor que nadie en el mundo, y es un tío cojonudo. simpático como los mejores italianos simpáticos y con una risa atronadora. siempre se está riendo, siempre acaba llorando cuando se ríe. siempre acaba limpiándose los ojos con un delantal lleno de restos marisco y dice: mamma mamma.

pasamos el mes de agosto con él, en ischia, mientras mis padres viajan por las otras islas. es nuestro segundo día.

mi abuelo vive en la casa que hay sobre el restaurante que, a su vez, está metido en la arena. nos levantamos tempranísimo y micaela nos lleva a nadar hasta que antonio di ischia nos prepara el desayuno. luego, todos limpiamos el marisco, sentados en cuatro taburetes, mis dos hermanas, el abuelo y yo.

estamos con los mejillones. ju y yo odiamos los mejillones. hay que coger la pieza y tirar fuerte de las algas que se quedan enganchadas, es aburrido que te cagas. ju empieza a tirarse del taburete para hacer reir al abuelo. el abuelo empieza a reir, cada vez más fuerte. se echa hacia atrás y se ríe como un loco.

estamos allí todos, cantidad de divertidos, hasta que mi abuelo cae en la arena desde su pequeño taburete. entonces, el agua apaga el resto de los sonidos y ju salta sobre el cuerpo del abuelo. nonno, nonno.

el gilipollas de mi abuelo tuvo que morirse allí mismo el 2 de agosto de 1985. nosotras no teníamos ni puta idea de lo que era morirse y ahí teniamos aquella mole inmóvil, echándose una siesta a las 9 de la mañana. luego, todo lo demás. los spaghetti y sus putos funerales.

yo no sé cuanto tiempo después mi hermana ju sigue creyendo que ella mató a su abuelo. mi pequeña ju, la asesina de la tercera edad. ahora, que hay que echarle huevos para partirte el culo de risa después de ver lo que vimos.