en la vida hay veces en que tomas una decisión inteligente que, por las razones que sean, da fruto a una cagada monumental. todo el mundo te apoya, tú estás seguro de que es lo que te conviene, te conviene objetivamente, y la tomas sin despeinarte, consciente de que es lo mejor para tí. sin embargo, se mete por medio el diosdelasantacagada y todo se tuerce sin remedio. así las cosas.

pero en la vida también sucede que tomas una decisión absurda, la más estúpida de todas las que podías tomar, la que nadie apoya, la grandísima cagada de las decisiones y, por las razones que sean, todo sale bien. no voy a rallarme con el porqué de estas cosas, no me interesa el destino ni nada que no sean mis pies en el suelo o en un pedal, carretera adelante. no sé porque a veces somos estúpidos ni porque a veces no lo somos ni porque a veces no importa lo bien que decidamos, me la pelan mucho estas cuestiones.

lo único que sé con certeza es que mi decisión de ir a amsterdam, con alguien como toto, a encontrarme con alguien a quien no conocía pasó de ser la más absurda, a ser la mejor de las decisiones.