tengo un pie frente a mi cara. la parte de abajo de un pie sin una sola dureza y con unas uñas perfectamente pintadas de rojo oscuro. para ver las uñas tengo que doblar un poco el dedo gordo de este pie omnipresente en mi visión matutina. son las 9 de la noche y yo diría que es el pie de mimi. ladeo la cabeza como puedo y descubro que mi cuello esta rígido como una baguette de tres días. al otro lado de lo que parece un sillón veo la cara de mimi, con la boca abierta y restos de rimel repartidos sin mucha gracia. joder, no tengo ni puta idea de donde estamos. me pongo a repasar la noche mientras le echo una ojeada al salón de lo que me da el punto es una casa de estudiantes o algo peor. un ruido me saca de la bruma que es mi mundo es esos momentos y visualizo a lo lejos a un maromo con pinta de hippy que me sonríe. eh, me suena tu cara. mimi se revuelve y le tiro de un dedo para evitar la patada. no me apetece una patada, no sé cómo explicar lo poco que me hace falta una patada.
bajamos a desayunar al primer restaurante barato que encontramos, e intentamos reconstruir la noche.
cuando mimi llegó a mi hotel yo andaba algo colgada con un canuto que me había fumado de paseo por la playa. me estaba mirando las puntas del pelo quemadas con un espejo de aumento cuando la señorita madani aporrea mi puerta. llega ya puesta al hotel. doudou, me estaba durmiendo en el coche, ¿qué podía hacer? le intento explicar que uno no se pone para ir en el coche de milán a niza pero pasa de mi culo olímpicamente y prepara una raya para sacarme del globo.
cenamos en un resturante de marisco llamado le bistrot marin pero el caso es que no comemos mucho y, en cambio, nos hincamos dos botellas de vino blanco.
a partir de ahí, todo está difuminado. nos ponemos de acuerdo en que cayeron cuatro chupitos de tequila, dos vozcas naranja y tres gins lemon pero fijo que se nos escapan cosas. mimi viene con los deberes hechos y conoce la discoteca, LA discoteca donde debemos pasar la noche. me recuerdo hablando con todos. recuerdo un polvo de mimi con un macizo, no sé qué pinto allí. recuerdo conocer a unos tíos y sacar las maletas del hotel a las 12. recuerdo decirle a uno que no puedo seguir con el rollo porque estoy muy pillada con mis manos. recuerdo dejar el coche en el parking del hotel y recuerdo bailar en una terraza cuando ya es muy de día. ¿nos hemos divertido? supongo que sí, pero es una lástima lo de mi mala memoria.
decidimos volver a casa. a mi me queda un viaje para llegar pero necesito descansar en un sitio conocido así es que nos despedimos con risas y dejamos niza. no mola tanto niza, se parece demasiado a cualquier otro lugar con playa, y es un poco más caro.
llego a barcelona a las 6 de la mañana. me he puesto un cd grabado por ju titulado hard para mantenerme despierta. y estoy despierta, pero también me duele la cabeza a saco. micaela se levanta a esta hora así es que no molesto a nadie cuando la llamo al móvil, pero molesto igualmente. joder, me da igual, necesito una cama ya.
micaela, la ballena siciliana
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