en madrid hace un calor de cagarse y no tengo nada que hacer. estuve en lo de charli esta mañana. le llevé el coche y el tío flipó, el motor está nuevo y es tan acojonantemente bonito que dan muchas, pero muchas, ganas de quedártelo.
me siento por última vez dentro a oler el cuero y escuchar el sonido grave del motor temblando. no es fácil dejarlo allí. me despido, y me largo sin mirar atrás.
charli se parte el culo con mi ritual de despedida. siempre igual, siempre igual, luego traes otro y ya te has olvidado de este, es que dani grgru grgrugugr solo grgrggggrrgg na vez (es muy jodido entender lo que dice este pájaro al final de las frases, es como si dejara de tener ganas de hablar y ahí lo deja caer, una gruñido indescifrable). me da igual lo que digas, charli, esta vez es amor verdadero.
charli me da una lista de coches que le han pedido, y otra de coches que, de todas formas, pueden interesarle. no está mal, no está mal. cuando vuelvo a casa, envío la lista a uli y me tiro en el sofá, móvil en mano.
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