miércoles, julio 25, 2007

suena el teléfono y cojo sin mirar. la voz de jérome está borracha o fumada o puesta de ansiolíticos, no lo sé. me dice así: dani maggio, eres una gilipollas, una puta gilipollas. una puta, y una gilipollas es lo que eres, dani, ¿me estás oyendo? cuelgo, porque no es la clase de conversación que me gusta tener a las seis de la mañana. supongo que podría taparme la cabeza con la almohada y seguir durmiendo hasta las ocho, pero me da por ponerme a pensar en la teoría del caos y en todas esas gilipolleces cósmicas en las que pensaba cuando fumaba hierba para estudiar. y es que cuando se me desordenan los sistemas, se me desordenan del todo. me vuelvo entrópica de los pies a la cabeza, me vuelvo toda incertidumbre, y lo mismo te beso la mano que te soplo una hostia. o me la soplas tú a mí, a las seis de la mañana.

babele (florencia 16 junio 2007)

me hago un café en la cocina de este tío con el que vivo ahora, en florencia. aunque pueda parecer que la casa mola y que estar aquí es como estar de vacaciones pagadas en un balneario, no es exactamente eso. me tienen secuestrada, muy a lo fino, como hacen las cosas los de la s.o.i.a., pero secuestro es la palabra que se me viene a la cabeza.

me trajo en mi coche platon, y luego se lo llevó diciendo: no te hará falta aquí.

bruno skutta es el dueño de la casa donde vivo ahora, el tío con el que llevo encerrada tres semanas. es tan alemán como yo desordenada, tan frío como yo caliente, tan callado, maleducado y desagradable como para empezar a patearle la boca ahora y acabar la próxima primavera. tiene algo que me gusta al menos: su forma de andar. se desliza como si fuese en patines, arrastrando los pies en un movimiento cortísimo y con la cabeza hacia delante atraída por las paredes de la casa con las que choca, invariablemente, unas cinco veces al día. entonces, me mira y dice: es que estoy pensando. dan ganas de decirle que deje de pensar porque no parece que sea lo suyo, pero no le digo nada porque, en el fondo, es lo único que me gusta de él, lo único que me da ternura y que me impide mandarlo a tomar por el culo.

me enseña criptografía, bruno skutta. vengo con los deberes hechos de roma en cuanto a teoría matemática pero hasta ahora no me he puesto delante de un ordenador. bruno es un crack en el tema. el tema es: se sienta a mi lado y me pone ejercicios, me enseña técnicas de cifrado y me enseña a meterme donde no me llaman. desencriptarte, descodificarte, hacerte mío. me deja meterme en tu cuenta de correo y ver a quién escribes tus emails, me deja meterme en tu cuenta de banco y ver en qué te gastas tu dinero, me deja meterme en tu ordenador y mirar con qué te haces las pajas. eliges a alguien cualquiera, y lo dejas en bolas en menos de venticinco minutos.
y descubro que no hay nada que no esté inventado, que la gente es asquerosa y este mundo un aburrimiento. me cambio de galaxia, pero ya.