en cuanto llego a madrid llamo a santino. necesito un polvo guarro. me sobra todo lo que no sea un polvo, guarreo, tirarme por un sillón, chupar, recibir, ya sabes, me sobra casi toda la ropa que llevo encima. y más. dani, muñequita, casi no me pillas. casi no significa niente, estás ahí, santino. necesito un revolcón sin sentido, un mete-saca sudoroso. hace un calor que te cagas pero necesito un polvo muy guarro.
jerome está paranoico. salgo de mi entrevista con mister reclutapeña y me encuentro con él en el barrio rojo, de vuelta en amsterdam. el caso es que me ha preguntado que qué coño ha pasado, lo que es de lo más normal, y yo le cuento hasta el color de las paredes. todo lo que ha pasado, lo de la s.o.i.a., lo de la segunda guerra mundial, lo de josh, lo de la sala sin ventanas, lo del salto mortal que sólo funciona en mi cabeza, lo que sabe duncan de mí, lo que me ha propuesto, lo que estoy pensando... se lo cuento todo. cuando acabo con mi explicación, el muy gilipollas me suelta: tienes una imaginación desbordante, dani maggio. lo cierto es que llevaba un rato dándome cuenta de que él me miraba como uno miraría una pelicula futurista protagonizada por venezolanos, pero no esperaba aquella salida, de ninguna de las maneras. y me dió la risa. no sé por qué hago eso, pero siempre que alguien me dice que miento me da por reirme. naturalmente, a veces tienen razón y la risa parece un recurso nervioso y poco elegante, pero no son nervios, es sólo que me hace gracia. en cualquier caso, mi risa no ayuda a jerome a creerse la movida y me mira con su gesto profundo de: estamos hablando de algo serio, haz el favor de dejar de hacer el payaso. y sí, tiene razón, pero es que le estoy contando la verdad.
- bien, tengo mucha imaginación. según tú ¿qué ha pasado realmente?
- no lo sé, espero que me lo me cuentes.
- estás de broma, ¿verdad? ¿qué coño llevo haciendo desde que te he visto?
- dani, cuéntame lo que ha pasado, por favor.
- me han sodomizado 14 monos. y te diré algo, me ha gustado bastante.
- no me lo vas a contar, ¿verdad?
- ya te lo he contado, pedazo de soplapollas, si no quieres creerme no lo hagas pero deja de poner esa cara de víctima porque te estás equivocando hasta el fondo. piensa en esta conversación y en lo que ha pasado en el último mes, cuando se te ocurra una historia verosímil, una que puedas creerte, agárrate a ella porque yo no tengo nada más que decirte.
así las cosas. cuando te pasa algo realmente extraño, algo que mola de verdad para contar, coge tu angel y te dice que mientes. ando un poco furiosa y decido que necesito un polvo, digamos, poco transcendental, algo que me relaje y dé color a mis mejillas, sin más. ni que decir tiene que santino es perfecto para eso, ni que a él se la suda mucho la brainstorming que se celebra estos días en mi cabeza. en este momento, a santino sólo le preocupa moderme los pezones como un salvaje, mientras se corre.
- he conocido a una rusa, tirina, titina o lo que sea por el estilo se llama. la titi está buena que te cagas y está muy salida. es camarera o algo así en un hotel del centro.
- ¿o algo así?
- sí, ya sabes, la conocí en un garito. no me importaba ni tres cojones lo que hiciera con su vida, no me enteré muy bien...
- yaps....
- el caso es que, dani, a la piva le gustaría montarse un trío...
- yaps...
- y, bueno, en cuanto me lo dijo... no te voy a decir que a mí no me seduce la idea pero, vamos, que salió de ella... en cuanto me lo dijo pensé en tí, ya sabes...
- ¿qué?
- ya sabes, enrollándote con la rusa... no me lo quito de la cabeza, dani. he pensado que quizá tú... no sé, podríamos probarlo...
- ¿en serio?
- no me mires así... la rusa es un cañón en la cama y bueno, con la idea en la cabeza, tengo destrozado el brazo de machacármela...
- oh, santino, no me digas eso, me partes el corazón. si ese es el caso, ya sabes que yo por tu brazo...
- vale, vale, preciosa, piénsatelo ¿quieres?
la verdad es que me he metido la boca con lara de borrachera la tira de veces, pero de meterle la lengua a tu amiga a comérselo a una rusa, hay un trecho. me lo estoy pensando porque hay cosas que si no haces cuando surgen luego no vuelven a surgir. y no sé, tiene morbo lo del trío, es un tema.
llego a casa y doy vueltas sobre mí misma hasta que me mareo y me caigo a sofá. es un método poco espiritual de dejar la mente en blanco. necesito descansar un rato, droga o lo que sea para no pensar. demasiadas decisiones, demasiadas. y te voy a decir algo, odio decidir.
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