miércoles, junio 14, 2006

me encanta conducir por la mañana temprano. es como seguir en la cama, sólo que estás conduciendo. los colores están poco definidos y yo misma estoy borrosa. me he puesto morphine a todo trapo y he llegado a ginebra antes de darme cuenta. no había ni dios en la carretera.

llevo un audi a3 140cv de color rojo. creo que es lo más bonito que he visto en toda mi vida. cuando estoy dentro, se me olvida lo demás, huelo el cuero, escucho la música y piso el pedal. huele a cuero del bueno una pasada y creo, sinceramente, que me queda de miedo. el punto es ese, que si no me quedara bien este coche, me dedicaría a hacer ganchillo. pero lo veo, estamos hechos el uno para el otro.

nunca sé que hacer en ginebra, creo que es la ciudad más aburrida del universo, más que saarbrucken con todos sus parques juntos. como nunca sé qué hacer, siempre hago lo mismo. como en macdonalds, cruzo la calle y me meto en la fnac a pasar la tarde. podría estar en cualquier ciudad del mundo con macdonalds y fnac pero estoy en ginebra así es que busco música suiza (??¿¿?¿ no, es broma) y me pillo libros en francés. me aburro, me aburro como nunca.

rod llega a las 6 con la misma pinta de siempre. lleva un jersey blanco, vaqueros y zapatillas. lo conozco desde hace 11 años y siempre lleva esa ropa. sigue estando bueno. nada más verlo, sé que me espera una noche salvaje. nos pillamos unos kebabs y subimos directamente a su casa.

ahora ha salido. ha bajado a llevar unos papeles a casa de alguien. cuando vuelva entraremos a saco en una de nuestras noches salvajes. rod no bebe, no fuma, no toma drogas, no tiene relaciones sexuales (al menos, en lo que a mí respecta), ni ningún vicio de otro tipo. no digo que no me joda, me jode que sea así porque está bueno que te cagas pero es mi colega y tengo que aceptarlo.

lo que pasará cuando vuelva está cantado: sacará la play y echaremos carreras de coches, hasta que nos quemen los ojos y hayamos bebido todo el café de suiza. eso es lo que hacemos juntos desde que nos conocemos. a rodolphe le gusta la poesía, la música hortera de cantantes cutres franceses como francis cabrel y la química con sus átomos y sus moléculas. a mí me gusta todo lo demás. así es que eso es lo que hacemos cuando estamos juntos: jugar a la play.