miércoles, septiembre 20, 2006

la tigresa, la araña y la serpiente II

lo cierto es que si colin cash no se hubiese acercado aquella noche, nosotras habríamos saltado de las sillas con cualquier excusa para conocerlo. pero fue él, con su camiseta de los ramones y sus andares de gato, el que vino a nuestra mesa. a pedirnos fuego, a pedirnos consejos sobre italia, a quedarse con las tres titis más salidas de la isla. colin cash tiene los ojos verdes y unas pestañas largas de fliparla. lleva un tatuaje de escher en el antebrazo y gasta una sonrisa que te abre las piernas. colin cash conduce un lamborghini y sólo puede ser un cañón en la cama.

la noche se ha puesto de lo más salvaje. las artillerías están sacadas. colin tiene una conversación interesante pero, en realidad, hablando de fontanería tendría los mismos resultados. claire está empitonada y le pone la mano encima con cualquier excusa. mimi ha desplegado todas las bazas que conoce. la cabrona le sigue el rollo como si fuese su colega de toda la vida, largando en su inglés pluscuamperfecto y con esa mirada de born to suck your cock. a mí se me bloquea el cerebro en estas situaciones, entro en una especie de trance y no soy capaz de articular palabra, bebo vino y miro muy fijamente. me jode, porque me gusta, pero soy incapaz de tirarle con estas titis delante. quizá es sólo que no he bebido suficiente.

cuando colin se levanta para ir al baño, claire le sigue mientras mimi y yo los observamos alejarse.

- joder, dani, ¿qué le pasa a tu amiga? le va a saltar un ojo con esos pezones.
- eso es porque el notas la tiene grande. además, ella le irá a saltar un ojo pero a tí no te quedan botones que desabrocharte de la camisa, ni barra de labios de tanto relamerte.
- vete a la mierda, doudou. como tú sigas bebiendo así, callada para hacerte la interesante, vas a coger un pedo que me va molar a mí oirte cuando te animes a soltar alguna de tus gilipolleces.

ahí tiene toda la razón. como estoy babeando interiormente hago que me importa tres huevos la conversación de ellas con él y sólo lo miro con gesto de estar pensando mucho. y es cierto, estoy pensando que te cagas. de camino, mientras me hago la interesante me bebo una copa detrás de la anterior. mimi tiene toda la razón, si espero mucho parar soltar algo, entre la baba y el vino, no voy a poder vocalizar.

cuando colin y claire vuelven del baño, se me ilumina la mente. colin me está mirando a saco y si no hago algo estas se lo van a violar. me levanto, le pongo la mano en el hombro y le suelto: ven a la barra, te invito a un tequila. él me sonríe, y claire y mimi me miran como si quisieran mearse encima de mi cadaver. no sé como lo he hecho, me estoy dando un aplauso interior, lo he cogido de la mano y me lo llevo a la barra. como me he estado haciendo la longui toda la noche, le pregunto: ¿y a qué has dicho que has venido a capri?

- he venido a encontrarte, dani.

he venido a encontrarte. flipas con el notas, pero flipas más conmigo. de repente, me convierto en la protagonista absurda (camile de la fontaine, por ejemplo) de una novela absurda de danielle steele en el sur de italia, me siento crecer los tirabuzones, me quiero fundir en un solo ser con este tío, quiero ser la madre de todos sus hijos y, dios, qué ganas tengo de conducir su lamborghini. se me está poniendo una sonrisa de lo más capullo y me concentro un segundo en el chupito de tequila que hay sobre la barra para no parecer todo lo gilipollas que me siento. cuando estoy a punto de girar la boca hacia él y comerme su sonrisa, me escupe: me manda duncan thomas, pertenezco a la s.o.i.a.