sábado, septiembre 30, 2006

amsterdam, 30 de septiembre

anoche llegué al hotel. hay gente que no soporta vivir en los hoteles, también hay gente que prefiere salir a montar bicicleta en lugar de emborracharse con sus amigos. no soy una de ellos. como no tengo nada que hacer me lío un petardo grande como para colocar a una boda y me tiro en la cama a dar vueltas. me engancho un ralle de los buenos viendo cuantas kilocalorías tiene cada uno de los productos del minibar. flipas con lo frutos secos. el caso es que no sé cómo coño miden las kilocalorías así es que me imagino a un notas comiendo de todo encerrado en una habitación, y pesándose después. es el gran medidor de kilocalorías, una putada de curro. luego pienso que la palabra tocha sirve para decir que algo es grande pero, más especificamente, que una nariz es grande. no sé de donde viene tocha y decido que tengo que meterme un tute de google para resolver estas dudas. lo de los agujeros negros siempre me viene a a cabeza cuando fumo. es una movida porque me entran ganas de entrar en uno a ver qué se cuece dentro, qué tipo de bares tienen los habitantes de un agujero negro. chiara me dijo: las personas son valientes o cobardes. los actos heroicos son sólo accidentes. tienes que decidir qué tipo de persona eres tú, de las comen sus miedos o de las que se dejan comer por ellos. en la recepción del hotel había un americano. cuando escucha mi nombre pregunta si maggio es como maggio de joe di maggio. le respondo que sí pero sin el di. el notas suelta: da igual, es la misma mierda italiana. me he quedado mirando su barriga gorda y su paquete diminuto el tiempo suficiente para que él comprendiera que no me follaría su polla fofa ni aunque fuese la última encima del globo. pero es de esas veces que te dan ganas de soltar por la boca toda la mierda antiyanki que llevas dentro. ahora me gustaría saber kunfú y patear al gordo baboso. espero que me enseñen kunfú, los notas estos. chiara me dijo: dani, morir, morimos todos, algunos de aburrimiento. jodidos agujeros negros.

me llamo sylvia manzoni, soy abogada y debería estar ya en bruselas. en cambio, estoy en un hotel de amsterdam ciega de maría. voy a ser el agente más lamentable que haya trabajado jamás para la s.o.i.a., tiempo al tiempo, pero, si muero algún día, no podréis decir que no le eché huevos.